domingo, 3 de enero de 2010

La premisa


Irving Blacker comienza su libro Guía del escritor de cine y televisión con una afirmación rotunda: "La premisa es la base del conflicto".

"El escritor debe tener clara la premisa antes de comenzar a escribir. La premisa puede describirse con una sóla frase...¿cuál es la premisa de El rey Lear ? La confianza ciega lleva a la destrucción, ¿cuál es la premisa de Macbeth ? La ambición conduce a la autodestrucción".

Skip Press, en su divertido libro The complete Idiot's Guide to Scriptwriting, acusa a Blacker de copiar literalmente a Lajos Egri: "Los escritores y los profesores de narrativa se roban continuamente unos a otros y después olvidan lo que han robado. Eso parece haberle sucedido a Irving Blacker...quien define la premisa como la base del conflicto y pone los ejemplos de Macbeth y El rey Lear, tomados casi palabra por palabra de Lajos Egri y su Art of Dramatic Writing".

Es cierto, como dice Press, que Blacker copió literalmente a Egri, pero también es cierto que Blacker murió antes de poder revisar su libro, que sólo son apuntes para sus clases. Eso parece demostrar que tampoco Press ha leído el prólogo al libro de Blacker. Lo cierto es que los teóricos del guión suelen adoptar el método de Descartes o Wittgenstein: nunca citan a sus fuentes de inspiración o a sus rivales, y menos si están vivos. Pero Press parece ignorar que el propio Egri también obtuvo parte de sus ideas de otras fuentes, por ejemplo de William Archer, quien escribió en 1912 en su libro Playwriting: "El primer paso para escribir una obra dramática es manifiestamente escoger un tema", y a continuación da ejemplos de temas, pero no los de Macbeth y Lear, sino el de Romeo y Julieta y otras obras. Aprovecho para cerrar este excurso pidiendo disculpas por cualquier descuido que me haga acreedor de reproches semejantes a los que aplica Press a Blacker.

En cualquier caso: ¿qué es la premisa? Los ejemplos proporcionados por Egri/Blacker lo dejan bastante claro. La premisa, como dice Skip Press que la emplea Egri, es más o menos sinónimo de tema, objetivo, idea, núcleo, tesis y "otras cosas". Por ejemplo: moraleja, intención, mensaje, significado, sentido, propósito, etcétera. McKee la define como "la idea que inspira al deseo que siente el escritor de crear una historia", que no se sabe si aclara el asunto o lo hace más confuso, y distingue entre premisa e idea controladora, entendiendo por idea controladora "el sentido último de la historia". Pero a veces también es difícil distinguir ambas cosas. "El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente" pude ser la premisa o tema de La resistible ascensión de Arturo Ui, de Bertold Brecht, pero el objetivo o idea controladora de Brecht no era ilustrar ese tema, sino denunciar al nazismo e incitar a su lucha contra él. En otros casos no es tan fácil distinguir entre premisa, objetivo, moraleja o idea controladora. Seguramente, el guionista o el narrador debe aprender a vivir con esta ambigüedad y confusión, porque las cosas raramente se pueden encerrar en una definición, como demostró Huizinga en su libro Homo ludens, donde concluyó que no existe una definición única y perfecta de "juego"...ni de ninguna cosa imaginable. Los análisis son siempre útiles, pero nunca hay que olvidar que en una buena narración todo está mezclado. Sobre este asunto se insistirá a lo largo del libro dedicado al análisis y el desmenuzamiento.

Pero quizá sea más útil a la hora de encarar una historia el planteamiento que prefieren McKee y Press: el What If...¿Qué sucedería si...? ¿Qué sucedería si a un hombre se le asegurase que va a ser rey pase lo que pase? (Macbeth), ¿qué sucedería si dos jóvenes de familias enfrentadas se enamorasen? (Romeo y Julieta). A veces la premisa es la respuesta a esas preguntas: sucedería que ese hombre ambicioso acabaría destruido...porque la ambición conduce a la destrucción" (Macbeth).

Es muy interesante, de todos modos, darse cuenta de que en casi toda narración la premisa (o el ¿Qué sucedería si...?) no sólo impregna toda la narración, sino que es planteada en los primeros minutos y dirige la atención del espectador hacia donde el narrador quiere. En Balas sobre Broadway asistimos en las primeras escenas a una conversación entre David Shayne y sus amigos bohemios. Parece una charla intrascendente para mostrar un poco mejor a Shayne y su mundo, pero allí está la premisa de la historia: alguien plantea el típico dilema de mesa de café: si tuvieras que elegir entre salvar el último ejemplar de las obras completas de Shakespeare o al portero de la biblioteca, ¿qué harías? La respuesta de Shayne es: "Las obras completas de Shakespeare". Esa premisa reaparecerá en la crisis de la película, y conducirá al climax de la historia, para ser respondida en el desenlace, cuando Shayne se enfrente a ese dilema no en una charla de café sino en la vida real.

Field y McKee opinan que un guionista sólo puede empezar su guión una vez que tiene el tema o la premisa, pero William Archer lo pone en duda: "En cualquier obra es posible encontrar un tema, pero en muchas obras es evidente que ningún tema expresable en términos abstractos se le presentó al autor al escribirla. Y no se trata de obras menores. Sólo mediante algo así como un artificial proceso de abstracción podemos formular un tema para Como gustéis, Así anda el mundo o Hedda Gabler".

Aunque seguramente es cierto, como dice Field, que un guión no se puede escribir como algunas novelas (empezando por cualquier lugar, sin método y sin esctructura previa), tampoco es obligatorio tener claro el tema para empezar a escribir. Lo que sí suele suceder es que mientras el tema no se tiene claro tampoco acaba de estar claro el guión.


Daniel Tubau Las paradojas del guionista



jueves, 15 de octubre de 2009

El viaje del héroe: Recapitulación


1. Los héroes se nos presentan en el MUNDO ORDINARIO, donde

2. reciben la LLAMADA DE LA AVENTURA.

3. Inicialmente se muestran RETICENTES o bien RECHAZAN LA LLAMADA, pero

4. un MENTOR los anima a

5. CRUZAR EL PRIMER UMBRAL e internarse en el mundo especial, donde

6. encontrarán PRUEBAS, ALIADOS Y ENEMIGOS.

7. Se APROXIMAN A LA CAVERNA MÁS PROFUNDA, atravesando un segundo umbral

8. donde empezará su ODISEA o CALVARIO.

9. Se apoderarán de su RECOMPENSA y

10. serán perseguidos en el CAMINO DE REGRESO al mundo ordinario.

11. Cruzan un tercer umbral, experimentan una RESURRECCIÓN y esta vivencia los transforma.

12. RETORNAN CON EL ELIXIR, una bendición o tesoro del que se beneficiará el mundo ordinario.


Christopher Vogler El viaje del escritor

El viaje del héroe: El retorno con el elixir


El héroe regresa al mundo ordinario, mas su viaje carecerá de sentido a menos que vuelva a casa con algún elixir, tesoro o enseñanza del mundo especial. El elixir es una poción mágica con capacidad sanativa. Podría tratarse de un gran tesoro, como el Grial, que posee un poder mágico capaz de sanar la tierra herida, o sencillamnete consistir en un conocimiento o experiencia que algún día podría revelarse útil para la comunidad.

A veces el elixir no es sino un tesoro ganado a pulso tras la búsqueda, si bien puede así mismo ser el amor, la libertad, la sabiduría o el conocimiento de que ese mundo especial existe y no necesariamente implica la muerte. Otras veces puede simplemente consistir en regresar a casa con una buena historia que contar. A menos que se regrese de la odisea en la caverna más profunda con algún "trofeo", el héroe estará condenado revivir la aventura.

El viaje del héroe: La resurrección


En tiempos pretéritos, los cazadores y los guerreros debían ser purificados antes de regresar a sus cominidades de origen porque tenían las manos manchadas de sangre. Aquel héroe que se ha adentrado en el reino de los muertos tendrá que renacer y purificarse por medio de un último calvario de muerte y resurrección antes de iniciar su retorno al mundo ordinario de los vivos.


Estamos ante un segundo lance a vida o muerte, poco menos que una repetición de la muerte y el renacimiento que caracterizan la odisea (o el calvario). La oscuridad y la muerte por fin se funden en un postrero y desesperado envite que precede a su derrota definitiva. Es una suerte de exámen final para el héroe, que deberá superar una vez más para refrendar las lecciones aprendidas en le transcurso de la odisea.


Estos momentos de muerte y renacimiento transforman al héroe, tanto que regresa a su vida ordinaria anterior convertido en un nuevo ser con nuevas miras.

El viaje del héroe: El camino de regreso


Pero nuestro héroe todavía no ha salido de la floresta. Estamos, pues, a las puertas del tercer acto, y el protagonista empieza a vivir las consecuencias de su enfrentamiento con las fuerzas del mal, que supuso su particular odisea. Si todavía no ha alcanzado su reconciliación con su progenitor, con los dioses o las fuerzas hostiles, podrían enfurecerse y volverse en contra suya. Algunas de las mejores escenas de persecución se inician en este momento, cuando el héroe debe huir e iniciar el camino de regreso, perseguido por las fuerzas vengativas que ha importunado al apoderarse de la espada, el elixir o el tesoro.

Esta etapa realza la firme decisión de regresar al mundo ordinario. El héroe cae en la cuenta de que es necesario dejar atrás el mundo especial, aunque todavía le aguardan otros peligros, tentaciones y pruebas.

El viaje del héroe: La recompensa (apoderarse de la espada)


Habiendo sobrevivido a la muerte, vencido el dragón, o matado al Minotauro, el héroe y la audiencia tienen motivos para el festejo. El héroe ahora toma posesión del tesoro más preciado, persiguiendo el cual ha llegado hasta aquí, obtiene finalmente su recompensa. Ésta podría ser un arma singular, por ejemplo una espada mágica, o un símbolo como el Grial o algún elixir capaz de aliviar los males de la tierra herida.

De la cruzada del héroe puede obtenerse un mejor entendimiento del sexo opuesto, una capacidad para ver allende la apariencia externa y cambiante de las cosas, que en última instancia conduce a la reconciliación.

Análogamente, el héroe puede incrementar su atractivo tras haber superado el calvario. Con tesón y constancia se ha ganado el título de "héroe", tras haber corrido un riesgo extremo por el bien de la comunidad.

El viaje del héroe: La odisea (el calvario)


La fortuna del héroe toca fondo y es hora de que se enfrente directamente con quien más teme. Se enfrenta a una muerte posible y da inicio la batalla con la fuerza hostil. La odisea, este calvario, constituye un "momento negro" para la audiencia, que es mantenida en tensión y se arroba al no saber si el protagonista fenecerá o sobrevivirá a semejante trance. El héroe, como Jonás, "está en el vientre de la bestia".

Se trata de un momento crítico en la historia, una odisea en la que el héroe debe morir o parecer morir para que pueda renacer seguidamente. Constituye una fuente de gran trascendencia, pues de ella mana la fuente del mito heróico. Las experiencias acaecidas en las etapas previas han inducido nuestra total identificación con el héroe y su destino. Lo que sucede a nuestro héroe nos sucede a nosotros. Sus desventuras son nuestras desventuras. De modo que nos sentimos animados a experimentar con él ese lance a vida o muerte que habrá de determinar su suerte. Nuestras emociones quedan temporalmente suspendidas para que podamos revivirlas cuando regrese desde la muerte. El resultado de este renacimiento es que nos invade un inconmensurable sentimiento de regocijo y euforia sin igual.

Existe un elemento clave en las ceremonias de tránsito o los ritos de iniciación que certifican el ingreso en las hermandades y sociedades secretas. El iniciado es obligado a probarse frente a la muerte en el decurso de una experiencia terrible, y luego se le permite experimentar la resurrección cuando renace siendo ya un nuevo miembro del grupo. Por consiguiente, el héroe de cualquier historia es un iniciado al que le son revelados los misterios de la vida y de la muerte.

Cada historia precisa de un momento crítico y decisivo en el que el héroe y sus propósitos corren un serio peligro de muerte.